MIS DOS HIIJOS

Hoy  soñé 18/04/2012
MIS DOS HIIJOS

De pronto aparecí en un mundo en donde la verdadera razón de la vida se demuestra en lo espiritual, un ser celestial nos dio la oportunidad de existir, juntos vivíamos en una casita cubierta por telas, en donde el gesto de la bondad y la amistad alimentaba tu cuerpo y tu alma, junto a nuestras casa pasaban 4 líneas del ferrocarril, era un lugar muy alejado de todo. Aquella persona celestial me procuró el trabajo de llevar una de sus líneas del ferrocarril, pero era la más humilde, la más pequeña y más antigua, estaba ubicada a 10 horas del ferrocarril central que inclusive para viajar tenía que estar subiendo y bajando una especie de palancas pero yo me sentía bien y  con mi esposa que ya estaba embarazada de mi primer hijo. Había momentos había momentos que me ponía a pensar, me decía: ¿porque tengo el trabajo? voy y vuelvo pero al tren nadie sube, nadie viaja al pueblo que había pasado desapercibido por toda persona y no sabían que existía.
Era curioso que siempre el bolso de dinero resultaba lleno de monedas de oro, como si personas imaginarios estuvieran obligadas a pagar, recuerdo que aquella persona que me dio la vida me dijo: si alguien  se olvidara de pagar, era el momento de  ir a la ciudad  por que se desencadenaría un batalla y tendría que huir para que no me hagan daño a  mi familia que ya por cierto tenía dos niños la mayor era una preciosa niña que siempre se acurrucaba en mis brazos – que aun estando despierto extraño – y descansaba  en mi hombro derecho y mi brazo derecho era quien soportaba su cuerpecito mi hijo pequeño era el más juguetón a diferencia de su hermana más tranquila, el iba ganando toda batalla imaginaria que se le ocurría, de pronto observe  el bolso del dinero y me di cuenta que faltaba una moneda porque siempre aparecían 100 monedas de oro pero esta vez había 99 monedas llegue a casa y dije amor empaquemos, lo que no se quiso que pasara, pasó,  entonces con mi esposa y mis hijos corrimos a la ciudad donde no nos podrían encontrar- recuerdo claramente su rostro de mi hijos mirándome, a mi hija con mirada can tata dulzura, mi hijo con su mirada de un  guerrero diciendo me: vamos papa si podemos, al momento de llegar a la estación de tren me di cuenta que un señor nos acompañaba, creo que era un enviado para guiarnos, al mirar atrás observe  a bestias entre visibles e invisibles corrían tras de mí, pero pareciera que la presencia del amigo que se nos acercó nos hacían invisibles frente a sus ojos, el, yo con mi esposa y mi dos hijos seguimos el rumbo a la ciudad.   
Max Calderón.

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